Juan Gil, 100 vendimias en familia



Juan Gil Bodegas Familiares es un grupo bodeguero centenario, que inició su andadura en 1916. Fiel al principio de “hacer un buen trabajo y llevar con orgullo el nombre de su marca”, hoy el Grupo está integrado por 10 bodegas en 8 Denominaciones de Origen, con 1.400 hectáreas de viñedos que gestiona en propiedad. Produjo en el pasado ejercicio 8,2 millones de botellas, de las que el 75% se exportan a más de 40 países. Con una plantilla media anual de 150 personas, alcanzó el pasado año la cifra de 31 millones de euros de facturación.

Por Joaquín Reyes.


Juan Gil Bodegas Familiares es un grupo bodeguero centenario, cuyas raíces se remontan a la Bodega Juan Gil de Jumilla, fundada en 1916 por Juan Gil Jiménez. En el mismo centro de Jumilla, surgió la bodega centenaria, cuyos primeros vinos se elaboraron con uvas procedentes de viñedos situados sobre suelos pedregosos y calizos sometidos a un clima extremo. Esta bodega fue el germen del actual Grupo Juan Gil Bodegas Familiares. Con ella empezó a construirse un sueño. A lo largo de un siglo, la pasión ha seguido transmitiéndose de padres a hijos durante cuatro generaciones. Y la filosofía del bisabuelo está más viva que nunca: “Hacer un buen trabajo y llevar con orgullo el nombre de su marca”. Juan Gil Guerrero, hijo del fundador, primero, y su nieto Juan Gil González, después, mejoraron y consolidaron la bodega, aplicando los conocimientos tradicionales del oficio transmitidos de padres a hijos. Actualmente, la cuarta generación que enlaza la tradición con la revolución técnica, es la que recoge los frutos del trabajo de sus predecesores y lleva a cabo el gran relanzamiento.

La década prodigiosa del 2000
El primer gran salto en la historia del Grupo se produce a finales de 2001, cuando Miguel Gil Vera, junto a su hermano Ángel, definen el relanzamiento de la bodega. Inicialmente, Miguel se hace cargo del proyecto para impulsar y modernizar la originaria Bodega Juan Gil y crear Bodegas El Nido. Pronto se incorpora también al nuevo proyecto su hermano Ángel y en esos años, entre 2002 y 2005, se logra triplicar la facturación y salir con notable éxito a mercados exteriores. En 2004 ya se venden en Estados Unidos más de 75.000 botellas del vino Juan Gil 12 meses de la añada 2002. La penetración en el mercado americano avanza y los esfuerzos dan sus resultados. Parker escribe sobre el Juan Gil 12 meses que es “un gran burdeos a mitad de precio”. El Nido 2002 logra 96 puntos Parker y El Nido 2004 le supera, alcanzando algo que nadie habría imaginado poco tiempo antes: 99 puntos Parker, una puntuación que muy pocos vinos españoles habían conseguido hasta entonces. Este vino es resultado de la colaboración, en 2001, entre la Familia Gil y Chris Ringland, uno de los mejores enólogos australianos. El Nido sería el primer vino de Jumilla en figurar en la historia como uno de los diez mejores vinos de España. La penetración comercial en mercados exteriores continúa a buen ritmo –los vinos de la Familia Gil se venden en más de 40 países- y las cifras de exportación no paran de crecer. Paralelamente, en España, la Familia desarrolla una fuerte estrategia de expansión, creando nuevas bodegas en otras denominaciones de origen interesantes. El Grupo empieza a crecer con fuerza a lo largo de toda la década de los años 2000. Tras El Nido, primero llega Can Blau en 2004, en la denominación Montsant; luego Ateca en 2005, en Calatayud; en 2007, nace Atalaya en Almansa; en 2008, Tridente en Zamora y Shaya en Rueda. Este gran esfuerzo de expansión en nuevas bodegas supone, entre los años 2001 y 2008 una cifra global de inversión de 18,5 millones de euros.



Y el sueño continúa
En 2013, Juan Gil Bodegas Familiares sigue su crecimiento con Lagar da Condesa, en Caldas de Reis en Pontevedra, y hace apenas un año inicia la construcción de Morca en Campo de Borja, en Zaragoza, una bodega que ya está a punto de comercializar sus nuevos vinos. El último proyecto del Grupo es una inversión en curso para la construcción de una nueva bodega en El Priorato, que estará finalizada este año. Estos proyectos, los ya realizados entre 2013 y 2015 y los en curso para 2016, amplían las cifras de inversión de la Familia en 43,5 millones de euros más. Y el sueño continuará, quizás con bodegas en Rioja y Jerez. 

Las grandes cifras del grupo
En la actualidad, y tras el fuerte impulso capitaneado por la cuarta generación, Juan Gil Bodegas Familiares ha desarrollado y consolidado un gran Grupo integrado por diez bodegas en ocho Denominaciones de Origen –Jumilla, Montsant, Calatayud, Almansa, VT Castilla y León, Rueda, Rías Baixas y Campo de Borja-, y que gestiona como propietario más de 1.400 hectáreas de viñedos. La producción del año 2015 fue de 8,2 millones de botellas, de las que el 75% van destinadas a la exportación a más de 40 países, con gran predominio de los Estados Unidos, mercado en el que están presentes desde principios de la década del 2000. El restante 25% (unos 2 millones de botellas) van al mercado nacional. Juan Gil Bodegas Familiares emplea una plantilla media anual de unas 150 personas y en el pasado ejercicio alcanzó los 31 millones de euros de facturación.
Viejas viñas y nuevas técnicas para vinos excelentes
Las bodegas han sido diseñadas para operar como instalaciones sostenibles, de acuerdo con la filosofía de la familia, basada en los principios de sostenibilidad, eficiencia energética y aprovechamiento de los recursos, que marcan la actividad a lo largo de todo el ciclo productivo. Una filosofía que responde a la necesidad de buscar siempre la excelencia en procesos y productos. Como ejemplo de eficiencia energética, Cellers Can Blau, en El Molar en Tarragona, es una bodega sostenible, 100% autónoma energéticamente, un referente de autonomía energética y sostenibilidad medioambiental, que se autoabastece con un sistema de energía solar y el apoyo de grupos electrógenos, y que alcanza un ahorro estimado anual en consumo energético de unos 15.000 euros y evita al año 66 toneladas de emisiones de CO2. 
La ubicación de las bodegas junto a los viñedos facilita el seguimiento de la evolución de la uva, cuestión de vital importancia para la calidad de los vinos. En su interior, todas las bodegas de la Familia Gil albergan la más moderna tecnología vitivinícola, con un riguroso control de la temperatura de vinificación, depósitos de acero inoxidable y excelentes condiciones en todo el proceso, que garantizan los altos niveles de calidad por la que los vinos del Grupo han obtenido un gran reconocimiento nacional e internacional. El Grupo está organizado para operar con todos los “oficios” centralizados, con departamentos comunes en las diversas funciones (administración, recursos humanos, vendimia-agricultura, calidad, logística, comercial…), lo que permite alcanzar una gran eficiencia en los procesos.

Un selecto grupo de enólogos
A la cabeza del equipo de enólogos de Juan Gil Bodegas Familiares se encuentra Bartolomé Abellán, enólogo de Bodegas Juan Gil y coordinador técnico del resto de las bodegas. Completa el elenco de enólogos, Chris Ringland en El Nido, Nuria López en Can Blau; el australiano Michael Kyberd en Ateca; el australiano de origen español Frank Gonzales en Atalaya, Tridente y Morca; Belinda Thomson como directora técnica y el neozelandés Alistair Gardner como segundo enólogo en Shaya, y David Landin en Lagar da Condesa.

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